Servir: el distintivo del Nuevo Orden que se aproxima …

Cumpliendo con nuestro deber

Por Samuel Caraballo-López

¨El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.¨ Teresa de Calcuta

INTRODUCCIÓN

El texto del 2 de octubre de 2022, décimo séptimo domingo de Pentecostés, lo encontramos en el evangelio de Lucas 17: 5-10.  A continuación, la perícopa bajo consideración:

 » Entonces los apóstoles le dijeron al Señor:

—¡Aumenta nuestra fe!

—Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.

Supongamos que uno de ustedes tiene un siervo que ha estado arando el campo o cuidando las ovejas. Cuando el siervo regresa del campo, ¿acaso se le dice: “Ven en seguida a sentarte a la mesa”? ¿No se le diría más bien: “Prepárame la comida y cámbiate de ropa para atenderme mientras yo ceno; después tú podrás cenar”? ¿Acaso se le darían las gracias al siervo por haber hecho lo que se le mandó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”» (Lucas 17: 5-10 NVI).

DESARROLLO

(A) PRELIMINARES DEL TEXTO [1]

El libro de Lucas-Hechos tiene principalmente un enfoque teológico más que histórico.  El tema de la salvación es un tema primario en dicho evangelio, que tiene como intención demostrar el grado de integración entre este tema primario y el fortalecimiento de la iglesia.  Desde el inicio del evangelio el tema de la salvación está presente, es por eso por lo que en el relato del encuentro entre Elisabet y María, las palabras de María, “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1: 47), encierran el propósito de todo el evangelio, que es presentar a Dios como el Salvador del mundo. 

En la sección central del libro, que es la subida de Jesús desde Galilea a Jerusalem (Lucas 9: 51 — 19: 27), es cuando mejor se demuestra el carácter salvífico de Dios. Este propósito divino que Lucas manifiesta le sirve para su interés eclesiológico y hermenéutico. Dado que la comunidad cristiana lucha por afirmar su propia identidad, muy especialmente entre aquellos que leen las Escrituras y se resisten a creer en Jesús, es crucial que se pueda mostrar que la antigua agenda de Dios tiene su cumplimiento en el ministerio de Jesús.  

La lucha hermenéutica de Jesús con el liderato judío es primordial, y levanta las siguientes preguntas:

¿Quién es el que realmente entiende el propósito de Dios?

¿Quién es el intérprete fiel de las Escrituras?

¿A quién es el que Dios legitima como intérprete de Su Palabra? 

Para Lucas la respuesta es simple.  La llegada de Jesús está enraizada profundamente en la “Alianza” antigua, y su misión es totalmente congruente con la intención de Dios. Esto es mostrado sobre todo por el patrón de obediencia a las Escrituras que Jesús sigue en su vida, y por la vindicación divina pronunciada sobre Él en su bautismo (Lucas 3: 21-22), crucifixión (Lucas 23: 44-47), resurrección (Lucas 24: 4-7) y ascensión (Hechos 1: 10-11).

El principal problema de los discípulos en el evangelio de Lucas no es ¿quién Jesús es?, sino cómo Él cumple con su rol del Mesías de Dios.  Para Lucas, el llamado al discipulado es fundamentalmente una invitación a las personas a alinearse con Jesús, y por lo tanto, con Dios. Esto significa que, para ser parte del pueblo de Dios, se remueve el privilegio del estatus hereditario y se establece como requisito que el creyente manifieste con su conducta que ha abrazado la gracia de Dios. Los verdaderos hijos de Abraham no son aquellos que simplemente tienen una relación consanguínea con éste, sino los que encarnan en sus vidas la bondad de Dios, y quienes expresan una abierta misericordia a otros, especialmente a los que están en necesidad (Lucas 16: 19-31) .

El llamado de Jesús a todos es a vivir como Él vivió, en contraposición con las formas competitivas de la cultura grecorromana, que buscaba el honor y prestigio.  Esta conducta en servicio del reino de Dios se torna diferente y ahora el amor al enemigo toma un papel protagónico.  Ahora, Jesús llama a sus seguidores a amar a los que los aborrecen, a extender la hospitalidad sin esperar reciprocidad.  Algunos ejemplos de esta nueva manera de ser y vivir la vemos en las narrativas del evangelio, por ejemplo, la actitud de Jesús hacia la mujer pecadora (Lucas 7: 36-50), hacia al rico publicano (19: 1-10), y hacia el criminal crucificado (23: 39-43).

Por lo tanto, la función del discípulo en medio del mundo, según el evangelio de Lucas es aprender de Jesús: “Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve (Lucas 22: 27).  Ahora es necesario que el discípulo sea socializado de acuerdo con el nuevo orden para el mundo propuesto por Jesús en su ministerio, que consiste en servir, proclamar, y anticipar, todo esto en preparación para su rol de testigos, y que luego veremos en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Para Lucas, la salvación no es algo etéreo que ha de ocurrir en un futuro, sino que envuelve toda la vida en el presente (incluyendo los intereses sociales, económicos y políticos), restaurando la integridad de la vida humana, revitalizando las comunidades, reestableciendo el orden del cosmos, y comisionando al pueblo de Dios para poner la Gracia de Dios en práctica entre ellos y hacia otros.  Para Lucas, el Dios de Israel es el Gran Benefactor que manifiesta sus propósitos redentores en el ministerio de Jesús, y cuyo mensaje es que este beneficio capacita e inspira nuevas formas de vivir en el mundo como servidores del reino.

(B) ANÁLISIS SINCRÓNICO DEL PASAJE (Lucas 17: 7-10)

Miremos los textos 7-10 de la lectura para este domingo. Como en, Lucas 11:5-8, aquí la parábola de Jesús toma la forma de una larga pregunta que espera una respuesta negativa. También como en la parábola mencionada, Jesús no está invitando a una lectura alegórica de los roles de amo-siervo, sino que se basa en una realidad de su contexto para enseñar lo que significa la fidelidad de un siervo o esclavo. 

Hay que visualizar en esta parábola a un pequeño terrateniente que tiene un (1) solo esclavo que realiza las tareas domésticas y las del campo, que en otro lugar más grande la realizarían múltiples esclavos (verso 7).  Estas analogías del hogar y de la relación amo/esclavo es un elemento habitual de las narrativas de Lucas, proporcionando la base para la instrucción sobre el parentesco, la fidelidad y la búsqueda de estatus (p. ej., Lucas 12:35-48; 1 6: 1 -9; cf. 22:24-27).

Bonos de productividad

En esta parábola se enfatiza que un siervo que simplemente está llevando a cabo su trabajo no obliga a su amo, bajo ningún concepto, a recompensarlo o darle algún beneficio adicional de manera alguna. Esto, que parece un absurdo en nuestra sociedad contemporánea en la que se espera que el trabajo bien hecho sea recompensado de forma adicional (aumentos de salario, ascensos, bonos de productividad), no es así en aquella sociedad del primer siglo.  En esta parábola, si el amo hubiese expresado las “gracias” (“reclínate en la mesa”), su acción no sería tomada como un acto de gratitud y cortesía como hoy en día lo hacemos, sino que pondría al amo en deuda con el esclavo.

Nos debemos preguntar si en el contexto de la relación de amo-esclavo, ¿llegaría el amo a deberle al esclavo algo especial o algún privilegio porque el siervo cumple con sus deberes asignados? ¿Puede el siervo, a través del cumplimiento cabal de sus deberes ordinarios para con el amo, convertirse en el patrón de su amo? De ninguna manera en aquella sociedad.

De igual forma cuando un siervo cumple con su deber diligentemente (siempre debería ser así), Dios no le debe ningún favor (esclavos inútiles), porque simplemente cumplieron con el deber asignado.

CONCLUSIONES

¿Cuál es la intención de Jesús con esta parábola? En un mensaje transparentemente diseñado, Jesús ubica a sus discípulos frente a frente a la mentalidad farisaica.  Jesús se opone a cualquier sugerencia, (escuche bien) de que la obediencia podría ser interpretado como un medio para ganar honor, o que uno podría obedecer para recibir una recompensa. El obedecer es un deber de los siervos de Jesús, sin que esto signifique que hemos de ser recompensados por cumplir con nuestro deber.  Para Jesús ser siervo es el mayor ascenso dentro del esquema jerárquico del reino de Dios (Lucas 22: 26-27).  Al siervo de Jesús se le ha entregado el reino (Lucas 12: 32) y las llaves de su Casa (Lucas 12: 43-44).

Servir a los necesitados con justicia y compasión, procurando la restauración del pecador en la comunidad de fe (Lucas 17: 1-4), y prácticas similares del ser cristiano son simplemente deberes cotidianos de los discípulos de Jesucristo.  El cumplimiento del deber del discípulo, no importando lo extraordinario del trabajo realizado, de ninguna manera proporciona la base para un ascenso en su ¨estatus¨ en el reino de Dios, como pensaban los fariseos. Cuidado con lo que predicamos desde nuestros púlpitos!

Ahora bien, las instrucciones de Jesús no deben tomarse simplemente como polémicas contra los fariseos.  Después de todo, los mismos discípulos de Jesús, ya habían mostrado en las narrativas del evangelio de Lucas, que lamentablemente eran hábiles en la autojustificación y la búsqueda del honor (vea, Lucas 9: 46-50; 22: 24).

Jesús nos enseña que el lugar de mayor privilegio es estar a su servicio, y al servicio del necesitado:

Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es, acaso, el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve (Lucas 22: 27)

Fue Jesús, quien nos perdonó, nos llamó a ser parte de su pueblo, y nos concedió el ministerio de la reconciliación entre los seres humanos. Muchas bendiciones.

Notas:


[1] Joel B. Green, The Gospel of Luke (Grand Rapids, Michigan: William B Eerdmans Publishing Company, 1997).

Bibliografía

Brown, Raymond E., Joseph A. Fiztmyer, y Roland E. Murphy, eds. «Evangelio según Lucas.» Comentario Bíblico San Jerónimo, Tomo III.  Traducción y comentarios Dionisio Mínguez. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1987: 295-420.

Fiztmyer, Joseph A. Evangelio según Lucas. Traducción y comentarios, Tomo III. Traducción de Dionisio Mínguez. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1987.

Green, Joel B. The Gospel of Luke. Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1997.

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