Ester “Hadassa” Caraballo-López (1943-2020) … una vida que afirmó las misericordias de Dios.

Por Samuel Caraballo-López

Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. Hebreos 4:16

INTRODUCCIÓN

Rinnnnnnnnnnnnnnnnng (sonido de un teléfono) … –Sí, dime–.   –Hola … Soy yo, Ester. Tengo una pregunta que quiero que me contestes — …

Era muy común recibir una llamada telefónica de mi hermana Ester, para hacerme alguna pregunta.  La mayoría de las veces ella conocía la respuesta, y solo llamaba para corroborar y profundizar en el tema.  A mí me agradaba recibir estas llamadas porque me encendía la ¨vena¨ de erudito que llevaba por dentro.  Además, sus preguntas me obligaban a corroborar cada respuesta que le había dado, para saber si era la correcta.  ¡Ciertamente extraño esas llamadas!

Desarrollo

Mi hermana Ester, nació el 31 de mayo del 1943, en la ciudad de Fajardo, Puerto Rico. Su nombre proviene de la reina hebrea del Imperio Medo-Persa, Hadassa Ester, cuyo nombre significaba “mirto” (Ester 2: 5, 7). Hadassa, oriunda de la tribu de Benjamín, y, según el texto bíblico, se distinguió por su valentía al defender a su pueblo de aquellos que pretendían destruirlos (Ester 4: 1-16). 

Los nombres propios de manera particular marcan el carácter de aquellos que lo llevan. Mi hermana Ester era la mayor de siete (7) hermanos que vivieron la particular experiencia de ser parte de una familia pastoral, que, como nómadas se movían de un pueblo a otro, según su Padre (el pastor), era trasladado de una congregación a otra por su denominación.

Ester vio nacer a todos sus hermanos. Inmediatamente después de ella nacieron Sara y Mariné respectivamente en el Municipio de Fajardo, Puerto Rico. Luego que mi padre es trasladado al Municipio de Loíza, nace Noemí. De ahí, la Iglesia de Dios, Inc., mueve a mi padre a la isla municipio de Vieques, donde nace Ana Celia (Seky). Ester, siendo la mayor, cuidaba junto a su madre, a cada una de estas niñas.

Posteriormente, siendo mi padre pastor en el Barrio Jiménez Abajo, del Municipio de Río Grande, nace el primer varón, que, por supuesto es este que escribe. Finalmente, en el Barrio Arenas del Municipio de Cidra nace nuestro hermano menor David, que, según Ester (aunque él lo negaba con vehemencia), era el más parecido a mi padre.

Ester vio nacer a todos sus hermanos, y cuidó de todos, y según Mariné, su carácter “genioso” era su medio de defensa ante aquellos que intentaban intervenir con sus hermanos.

Lamentablemente, Ester vivió la disolución matrimonial de aquella familia pastoral, y lo sufrió “hasta el hueso”. De hecho, fue ella la que, al salir nuestro padre de la isla, en virtud de aquel divorcio viajó con él a su nuevo hogar y contexto ministerial en la ciudad de Nueva York. Ella se sentía responsable de cuidar y custodiar a mi padre en esa nueva etapa de su vida. ¡Cuántas duras experiencias vivió durante ese periodo de tiempo!

No hay duda de que estas experiencias formaron el carácter de Ester que sé que se hizo adulta muy temprano. La pobreza en que vivían la mayoría de los puertorriqueños en general y mi familia en particular en la década de los ´50 y los ´60, marcaron su vida de niña, adolescente y joven de Ester. Sus años tempranos los pasó en las congregaciones que pastoreo nuestro padre, Rvdo. Rufino Caraballo Carmona. Fue la más cerca que vivió de nuestro padre y posiblemente la más que experimentó la pobreza, la soledad, las luchas y limitaciones de aquel ministerio pastoral.

Por otro lado, y con respeto a mis cinco (5) hermanas, Ester era la más hermosa de la casa, lo que le permitió tener muchos «pretendientes» tanto creyentes como no creyentes. Su belleza física fue su mayor causa de tentación. Las fuerzas del mundo intentaron doblegarla, pero Dios en su misericordia, peleó fuertemente para hacerla regresar al redil y convertirla en un instrumento para el bienestar del mundo. Ester conoció en su propia carne la crueldad del sistema; un sistema en el que tú vales por lo que tienes y no porque lo que eres.

Ester era muy joven cuando contrajo legalmente matrimonio con un “U.S.marine” asignado a la Base Naval Roosevelt Roads, en el Municipio de Ceiba. Al éste concluir su tiempo de comisión militar en Puerto Rico fue transferido a los Estados Unidos, donde Ester se trasladó con él. Luego de varios años en los Estados Unidos, su matrimonio se disolvió y regresó a su tierra, específicamente al Municipio que tanto amó, Ceiba. Fue en este municipio donde tuvo su primer hijo, Gabriel Ángel (Pito) Velez. Con “Pito”, Ester entendió lo que era la maternidad, y mucho más, aprendió a vivir como una madre soltera en un mundo hostil. A «Pito» lo protegió con “garras y dientes» de los potenciales males que amenazaban su crianza. A pesar de las múltiples limitaciones que tuvo, se enfrentó al mundo con firmeza y valentía.

Después de varios años en la isla, toma la decisión de volver nuevamente a los Estados Unidos, ahora con un niño y apoyada por nuestra tía, Gloria María López (Titi Gloria) (QPD). Fue a vivir en la ciudad de Egg Harbor en el estado de New Jersey; y es allí que retorna a la fe cristiana de la que se había alejado. En la congregación a la que asiste conoce a Miguel Fernández, con el cual contrae matrimonio, siendo Silvia Noemí, su segunda hija, el producto de esta relación.

Luego de un lapso significativo de tiempo, decide retornar a su tierra natal, ahora acompañada de sus dos (2) hijos.

Hay que agradecer a tantas personas que colaboraron con Ester en esta etapa de su vida. Dado su vínculo con la Iglesia, fueron muchos los cristianos que le ayudaron en esta nueva etapa como madre soltera. Fue en ese momento que su madurez le permitió continuar los estudios universitarios que había comenzado en los Estados Unidos, y obtiene su grado de Bachillerato (licenciatura) en Educación (BA) en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

Ester ejerció como maestra regular y de educación cristiana en el Colegio Evangélico Rvdo. Luis A. Casillas en Ceiba. Además, fue líder en cada congregación donde perseveró. En la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico (IEUPR) en Aguas Claras, se destacó como presidenta tanto local como nacional de la Fraternidad de Damas. Fue miembro del Concilio Ejecutivo de la IEUPR por varios años, pastora asociada de el Centro de Adoración Abriendo Surcos en el Municipio de Río Grande, y pastora y Capellán de la Iglesia Centro de Júbilo Adulán.

Una característica de Ester “Hadassa” fue su anhelo de aprender, muy especialmente de las Sagradas Escrituras. A pesar de las dificultades que tuvo con sus ojos, hacia grandes esfuerzos para estudiar mejor el texto bíblico. Sus constantes preguntas, y diálogos sobre la Biblia, el ministerio y la teología eran indicativo de que ella deseaba ampliar sus conocimientos, para poder enseñar y proclamar el evangelio.

Conclusión

La vida de mi hermana, Ester “Hadassa” fue una clara demostración que las misericordias de Dios nunca terminan y son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3: 22-23).  Dios, en cumplimiento a sus promesas, guió a Ester hasta el final de su vida.  La poderosa mano de Dios se manifestó a su favor y le permitió ser fiel hasta la muerte (Apoc. 2: 10).  Lo importante de esta historia es que Ester se arraigó en su fe en Jesucristo y en sus promesas, y mantuvo sus pies firmes en la ruta que Dios trazó para ella.

Hoy, Ester descansa en las mansiones celestiales, y estoy seguro de que tanto mi Padre, como mi hermano David, junto a otros creyentes, le dieron la bienvenida a estas. Me imagino que los tres, juntos a muchos creyentes que se nos adelantaron, están celebrando tan grande victoria.

Estoy convencido que a cada momento Ester mira la “pizarra electrónica” del cielo para ver el día que aparezcan los nombres de sus seres queridos indicando que ya terminaron su misión en la tierra, para ir a darnos también la bienvenida en el cielo.

Hoy nos queda el “olor grato” de los recuerdos de una mujer que vivió plenamente la vida, y que aún en sus momentos de fragilidad, como fueron sus últimos días, dio cátedra de lo que significa vivir “mirando lo invisible”. ¡Que su testimonio nos inspire, tanto a Silvia y a Pito como a todos los que la conocimos, para seguir corriendo la carrera que tenemos por delante, con los ojos puesto en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe! Aleluya … ¡Amén!

Hoy, 9 de enero de 2021.

8 respuestas a «Ester “Hadassa” Caraballo-López (1943-2020) … una vida que afirmó las misericordias de Dios.»

  1. Saludos Pastor Caraballo
    Q hermoso es tener la paz de Cristo y poder reflexionar sobre un hermana de sangre tan hermosamente como lo ha hecho pastor! Sus palabras son profundas y nos hace reflexionar de una manera diferente sobre la muerte de los seres q amamos! Gracias x tanta sabiduría biblica!

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  2. Bendiciones profesor; poderoso escrito. Su hermana un ejemplo de tenacidad y resiliencia. Terminó su encomienda en la tierra y hay fiesta en los cielos. Nos unimos en su pérdida, mucha fortaleza para usted y su familia.

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