Por Samuel Caraballo-López
INTRODUCCIÓN
El texto para el 22 de enero del 2023, tercer domingo después de epifanía, se encuentra en el Evangelio según Mateo 4: 12-23. Me parece muy significativo el proceso que ocurre en Jesús después que Herodes Antipas arrestó a Juan el bautista.
Jesús, primero, y en respuesta al arresto, huye desde el desierto de Judea a Galilea, y en segundo lugar, se muda de Nazaret a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, el antiguo Israel del Norte. Aunque, Cafarnaúm es su nuevo lugar de residencia y de inicio de su ministerio, es el lugar menos deseable para un judío. En tercer lugar, proclama al pie de la letra la predicación que habíamos oído en Juan el bautista (Mateo 3: 2) [1].
Son varias las preguntas que asaltan a mi mente frente a esta situación: ¿por qué Jesús al ver la ausencia de Juan no lo sustituyó en su ministerio de bautizar en el desierto? ¿Por qué se dirige a Galilea, un lugar sin tradición profética y sin prestigio? (vea Juan 7: 52), ¿Por qué se muda de Nazaret, (donde vive su familia, según Marcos 6: 1-3), a Cafarnaúm (Mateo 4:13)? ¿Por qué Jesús convierte a Galilea en la plataforma de su ministerio y no a Judá, la región de mayor importancia religiosa en Palestina? Creo que las respuestas a estas preguntas pueden ser una clave para el ejercicio eficaz del ministerio cristiano, y que trataré de descifrar en este escrito.
DESARROLLO
(a) Galilea, donde todo comenzó
En el evangelio de Mateo 4: 15-16 (citando a Isaías 9: 1), Galilea es llamada “Galilea de los gentiles”, refiriéndose a dos posibles razones: Primero, al estado de ocupación y tinieblas en que se encontraba la provincia en el tiempo de Jesús por causa de los romanos, haciendo un paralelo con la época del profeta Isaías, debido a la ocupación de Galilea (Israel del Norte) por el Imperio Asirio (721 a. C).
Al parecer, es en Galilea donde más crudo se ve el efecto de las estructuras contrarias a Dios, en todas las dimensiones sociales, políticas, económicas y espirituales. Es en ese lugar donde mejor observamos el efecto de las fuerzas de Satanás, y como se contraponen al propósito de Dios.
De hecho, es sorprendente que en el mensaje del ángel. dado a las mujeres en el sepulcro vacío, consiste en una invitación a volver a Galilea para encontrarse con el Resucitado:
Id sin demora a decir a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y va delante de vosotros a Galilea, allí lo veréis. He aquí os lo he dicho! (Mateo 28: 7 BTX).
Galilea es la puerta de inicio en la confrontación entre el reino de los cielos y las estructuras mundanas y rebeldes a Dios. La luz del Reino de los cielos, que se manifiesta con la proclamación de las Buenas Nuevas de perdón, salvación, justicia, gozo y paz, y que a su vez rompe el yugo opresor del mal, se inicia en Galilea, tanto en el ministerio de Jesús, como posteriormente continúa con sus discípulos.
Segundo, tanto en Isaías (9: 1-4) como en Mateo 4:12-25, la luz de la revelación divina se extiende desde Galilea a todos los paganos (vea mención de Siria). El Evangelio desde el principio era para todas las naciones (Génesis 12: 1-3), y esta razón justificó la elección de Israel (Éxodo 19: 5-6). El ministerio de Jesús en Galilea anticipa el cumplimiento de la gran comisión que es universal y atemporal. Galilea será la nueva plataforma de Jesús para la predicación de las buenas noticias del Reino a todo el mundo (Mateo 28: 7, 16-20).
(b) La «mudanza» como metáfora del ministerio cristiano
Retornando a la mudanza de Nazaret a Cafarnaúm (entre 48 kms o 30 millas de distancia), nos llama la atención que dicho movimiento establecería un nuevo escenario que se convertiría en el nuevo hogar y plataforma ministerial de Jesús (Mateo 9: 1). Es muy importante entender, que el concepto de mudanza o cambiar de escenario, sea físico, emocional o espiritual, es una constante en el llamado vocacional en la historia de la redención.
Un ejemplo de mudanza, lo encontramos en el llamado a Abram, Dios le requirió: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré” (Génesis 12: 1ss).Según el teólogo español, Juan José Tamayo en su libro, Invitación a la utopía (2012) [2], una de las «patologías» más destructivas que tiene la esperanza y el ministerio cristiano es el instalarnos cómodamente en el presente, sin mirar al futuro. Es ese “demonio” de conformismo que se resiste al cambio y desea preservar el “status quo”, especialmente si le es favorable, lo que le ha restado efectividad a tantos ministerios cristianos que yo conozco.
Jesús al enterarse del encarcelamiento de Juan, entiende que llegó el tiempo de iniciar su ministerio, y se retira hacia el «peligro» de Galilea, y dentro de Galilea a un lugar de mayor visibilidad como lo era Cafarnaúm. Con esta doble mudanza geográfica, Jesús demuestra su insatisfacción con las condiciones imperantes en aquel territorio «asentado en tinieblas» y en «sombras de muerte», desafiando al caos con su mensaje y proveyendo esperanza para aquella generación por medio de la proclamación y manifestación de los signos del reino de los cielos.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.» (Mateo 4:17) … y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 4: 23)
(c) El reino de los cielos llega a Galilea
Ahora bien, la propuesta del reino de Dios requiere una organización para concretarse. Así que Jesús elige su equipo de trabajo, porque no existe ningún proyecto de bienestar divino que se pueda realizar en la soledad y aislamiento. ¿Cuando aprenderemos esto? El llamado de los primeros discípulos, según los evangelios sinópticos, también ocurre en el contexto de Cafernaúm; dos (2) parejas de hermanos pescadores del Lago de Galilea, Andrés y Pedro, Juan y Jacobo, son llamados a ser portavoces del Reino de Dios y su justicia.
Lo interesante es que, a diferencia de los rabinos judíos de su época, que eran elegidos por sus discípulos, Jesús es quien elige a los suyos en una forma que evoca el llamado de los profetas veterotestamentario…. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.». (Vea 1 Reyes 10: 19-21; Jeremías 16: 15-16). El Evangelio de Juan expresa dramáticamente este momento del llamado a los discípulos:
Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; (Juan 15:1)
CONCLUSIÓN
Al ser llamados por Jesús los discípulos responden vocacionalmente y se enlazan a Su misión de por vida. Seguir a Jesús significa tomar la la vida y la misión del maestro como modelo en mis acciones cotidianas.
No hay duda que solo cuando «mudamos» nuestros pensamientos y acciones del lugar de confort y comodidad en que nos encontramos al nuevo escenario que Jesús nos muestra, es cuando el ministerio cristiano comienza a ser poderoso y efectivo. Es ahí cuando ocurre la anhelada epifanía en nuestros contextos. Es ahí cuando la Iglesia recupera su «Candelabro», y el mundo «ve» a Jesús plenamente en su realidad. !Muchas bendiciones!
Notas:
[1] José Luis Sicre Díaz, El evangelio de Mateo: un drama con final feliz. Estalla (Navarra), España, Editorial Verbo Divino, 2019. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/utcpr/123984?page=80.
[2] Juan José Tamayo, Invitación a la utopía. Estudio histórico para tiempo de crisis. Madrid: Editorial Trotta, 2012.
Bibliografía
France, R. T. The Gospel of Matthew. Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdemans Publishing Company, 2007.
Sicre Díaz, José Luis. El evangelio de Mateo: un drama con final feliz. Estella (Navarra), España: Editorial Verbo Divino, 2019. eLibro.
Tamayo, Juan José. Invitación a la utopía. Estudio histórico para tiempo de crisis. Madrid: Editorial Trotta, 2012.
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